Hoy, sin más, me di cuenta que con ella, morimos los dos, o al menos una parte de cada uno.
En mi se murió la parte que te había perdonado y en ti, la parte inocente.
Como cada año, cuando se acerca mayo pienso en ella, en el regalo que le haría siempre diferente y que dibujaría una sonrisa en su rostro, y por cada sonrisa que su muerte me ha negado, te culpo a ti, no por lo que hiciste, sino por lo que dejaste de hacer; no por el engaño que le exhibiste, si no por todos los que le ocultaste y no le dejaron ver realmente lo que eres, lo que siempre has sido y para mi pesar, lo que nunca dejarás de ser.
Sin embargo, hay dias como hoy que me gustaría ser como tu. Conformarme con simples placeres sin importarme lo que provoque en los demás, y reírme de las miradas de reprobación, tal como lo haces tú.
Victimizarme ante mis propias fallas y disfrutar de la compasión pública que generaría mi imagen de mártir, que me exentaría de los reproches y exaltaría las cualidades sobre mis garrafales errores.
Siempre creí que en algún momento te convertirías en mi héroe y lo has conseguido…
Hoy tengo que decirte papá...
miércoles, abril 09, 2008 by Leonor Maxete
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